Número 46 (Septiembre, 2006)
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EN ESTE NÚMERO:
Ocurrenciario
Etilogía y Devenir de los Naco... (Parte 3)
Y... ¡otra vez, Don Cuauhtémoc!
Psicolocuras http://arbolperennecuadernos.blogspot.com
Un Viaje a la tierra de Árbol Perenne"
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Mi-arte y quesque literatura.
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OCURRENCIARIO
¡Sí que sabe negociar!
Con motivo de los entendimientos entre el PRI y el PAN por agandallarse con las comisiones de carácter económico más importantes en las cámaras denunciados por el PRD, Emilio Gamboa aseguró que no había tal: “nosotros somos el partido de la gobernabilidad; nosotros no imponemos nada, nos gusta negociar…”. Pero… ¡por supuesto, mi querido dear friend of mine Emile! Ya te hemos escuchado “negociar” con Kamel Nacif. Seguramente les dijiste a los del PAN: “¿Qué se te ofrece, cabrón? ¿Qué nos quedemos con las cabronas comisiones de Hacienda y Presupuesto? ¡Esa chingadera de partido del PRD no pasa, cabrón! ¡Ten la cabrona seguridad, cabrón! Tú sabes, cabrón, que mi cabrón partido no se anda con chingaderas a la hora de negociar como gente civilizada para llegar a acuerdos con cabrones como ustedes”.
Sesudas deducciones.
A raíz del desgajamiento de un cerro por el rumbo de Necaxa, donde fallecieron varias personas, el Gobernador Mario Marín manifestó que aún no se determinaba si había sido un accidente o si habría que fincar alguna responsabilidad por negligencia. Seguramente, el Gober Precioso tenía sospechas fundadas de que Lydia Cacho algo tenía que ver con el suceso.
No pasa nada.
Es de suponer que dos lindos gobernadores, uno de Oaxaca y otro de Baja California, son miembros del “Club de los Optimistas”, porque mientras los estados que representan se enfrentan a graves conflictos, para ellos, no pasa nada; su pueblo los apoya; los maestros, la iniciativa privada, los trabajadores, las inversiones… ¡todo marcha bien! “Las instituciones están bien firmes; porque estamos trabajando para que el México que todos queremos y soñamos para nuestros hijos se sitúe en el concierto de las naciones más desarrolladas y esto no se logra más que en el entendimiento de que debemos estar en armonía, juntos y bla, bla, bla…”.
Felipadas.
“Amigos y amigas: estoy convencido de que el diálogo (y… ¡dale con el onánico ademán!) es el único medio para que nuestra democracia se afiance y…”. Lo que no dice es que quiere un diálogo en el cual sólo él hable y los demás digan “sí”; eso es, como dice, “nuestra democracia”; sí, la del PAN.
Etiología y Devenir de lo Naco, lo Chúntaro y lo Chundo.
(Parte 3)
El Tiempo Perdido en la Búsqueda ... de la negación naquística.
Los personajes de la gran burguesía mexicana, por su trato con sus correspondientes norteamericana, canadiense, española, etc., –merced a la globalización- han adquirido un extraño síndrome que está siendo objeto de acuciosos y concienzudos estudios. Según los eruditos en el nuevo tema, los grandes hombres de negocios nacionales, cada vez en mayor número, están caracterizándose como sujetos de complejos procesos mentales auto inducidos que los investigadores han dado en clasificar con las siglas SNI (Síndrome de la Naquería Introyectada).
Quienes lo padecen tratan, inconscientemente, de contrarrestar su crisis de identidad desprendiéndose de todo lo que les haga asumirse como mexicanos (que ellos interpretan como símil de naco), ya que esa condición los remite a un traumático sentimiento de naquez inmanente.
Al igual que el chúntaro, el “VIN” (Very Important Naco), paulatinamente va deshaciéndose de su ser nacional; aquél, por necesidad material; éste, por una jungiana necesidad psico social, de reconocimiento. Para evadir su nacura auto conceptuada, cambia su residencia a Miami, Hollywood, New York o Madrid. Se “codea” con financieros, petroleros y el jet set internacional (invita a sus parties a Paris Hilton); también –y desde luego- con los Príncipes de Asturias. Manda a su esposa (o ella va, en el caso de VIN femenina) a parir en los EU’s: hijos con doble nacionalidad o, de plano, gringos gringos, a fin de que los herederos no padezcan los mismos traumas a los que ellos están sujetos. Odia a los políticos mexicanos (por nacos) pero se sirve de ellos para tener acceso a mejores participaciones.
Pueden –como mecanismo de defensa- alternar su estadía entre los países señalados y México. en los primeros, porque responden a sus requerimientos aspiracionales de no sentirse nacos (aunque, en lo interno, es donde se agudiza el síndrome); en México, satisfacen su orgullo al sentirse admirados por la naca clase media cuando aparecen en las portadas de Caras y Quién (si hay suerte, en Hola); además, organizan chundísimas fiestas donde exorcizan su naquería trasnacional disfrazándose de lo que interpretan como in (vocablo con el que se calificaban a sí mismos los nacos gringos de los 60’ -los hippies- cuya semántica va en línea diametralmente opuesta a la connotación que pretenden aplicarle a su apariencia los VIN). Precisamente es esta ambigua situación la que los hace perpetuar la crisis de identidad por sentirse interna y eternamente VIN’s, (repetimos el significado: Very Important Naco). Naco eres y en naco te convertirás.
Los especialistas, estudiosos y personas interesadas en el tema pueden ampliar sus horizontes culturales sobre el particular en el INEN (Instituto Nacional para el Estudio de la Naquez) o mediante una consulta a la página web http://www.naco.org, donde encontrarán todo lo relacionado con lo aquí apenas esbozado.
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Y... ¡OTRA VEZ, DON CUAUHTÉMOC!
La Naturaleza nos dotó de un grupo de partículas minúsculas que se alojan en el cerebro para que detectemos, si los sentidos no pueden hacerlo, un obstáculo que impide avanzar por donde ya la experiencia nos había hecho comprobar que era imposible. Puede ser que reincidamos una, dos, tres veces; pero a fin de cuentas optaremos por buscar una vía nueva.
No parece ser el caso del Hijo del Tata pues se empeña en equivocarse una, dos, tres, cuatro y mil veces. Hoy critica a López Obrador por lo que él fue incapaz de hacer cuando, pretendidamente, ganó las elecciones en 1988, con las funestas consecuencias que todos conocemos. Se justifica, haciéndole coro a los verdaderos enemigos de la izquierda a la que dice representar –que quién sabe cuál sea-, diciendo que la situación de entonces no era igual a la actual. ¡Desde luego que no era igual!: en aquel entonces la izquierda no tenía tras de sí a todo un movimiento social como ahora, lo que constituye una razón de más avalar el movimiento o, por lo menos, quedarse calladito (que así se mira más bonito). Entonces había gente que estaba dispuesta a reclamar el triunfo electoral (aun Maquío, el representante de la derecha) a costa de cualquier precio y él adujo que era un riesgo para la sociedad. Decidió esperar 6 largos años para volverlo a intentar; cumplido el plazo, fracasó. Otros seis años, y la misma historia. Bueno, ¿qué tantos son otros seis años? Pero esta vez el partido se cansó de creerle inmortal: no le dio la candidatura. Así que, acostumbrado a que mamá le cumpla todos sus caprichos dándole todo al niño, hizo rabieta.
Debe ser difícil crecer por mérito propio cuando se es hijo de grandes o medianos personajes (esa fatalidad se puede observar en los Reyes Heroles, en Castañeda y en Silva Herzog, la cual se extiende-en el caso- hasta la tercera generación). En el que nos ocupa, el vástago se acostumbró a forjar su carrera al amparo de la sombra de su padre: por deferencia presidencial, fue subsecretario de Estado y gobernador. Creyó que, bajo la misma prerrogativa, podría ser candidato del PRI a la Presidencia de la República. Como el grupo en el poder en ese tiempo ya no estaba comprometido con los regímenes post revolucionarios, el favor le fue denegado. Se fue del partido, y la izquierda, frágil aún, le dio, le regaló, la candidatura (por ser hijo de quien es, pudiéndosela haber dado a gente más brillante como Porfirio Muñoz Ledo) una, dos y aun tres veces. También se le obsequió con el sacro título de “Líder Moral” del PRD, cometiéndose la injusticia más grande con Arnoldo Martínez Verdugo, verdadero artífice de la unificación de la izquierda en un mismo partido, y Heberto Castillo; y aun con esa gran señora que es doña Rosario Ibarra
El heredero de la triste figura nunca ha ganado algo. Hoy, Fox le regala –para que no pierda la costumbre- un puesto para comprarle su silencio contra el régimen, lo que no obsta para que haga lo propio hacia sus compañeros de ideología; digo, en el caso de que alguna vez haya él tenido una diferente a buscar acomodo donde se lo den de gratis.
En lo personal, aunque nunca he estado convencido de sus cualidades -¿las tiene?- como político, siempre voté por él por solidaridad y congruencia con la izquierda, postura que a don Cuauhtémoc, ni por asomo, le pasa por las mientes.
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