Wednesday, November 29, 2006

Número 48 (Noviembre, 2006)

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Etiología y Devenir de lo Naco, lo Chúntaro y lo Chundo.
(Parte 4 bis)


El chundísimo ritual de los pincheaños.(Continuación)

El ritual tuvo su mayor esplendor durante la época del porfiriato, al final del cual se desató la guerra civil revolucionaria.

Los revolucionarios provenían de los sectores más humildes de la población. Muchos de ellos fueron arrancados de sus familias y sus casas; unos, inicialmente reclutados por la fuerza, posteriormente prófugos de la leva; otros, bandoleros perseguidos; y, muchos más, seducidos por la promesa de cambiar la condición infrahumana, de miseria, a la que el régimen los tenía sujetos, en su calidad de peones, en las haciendas.

Todos estos hijos de la desesperanza se encontraron –de repente- en posición de tomar venganza de sus explotadores arrebatándoles bienes, dinero, mujeres y hasta la vida a la derrocada aristocracia. Y, aun, privilegios y posiciones de poder. La masa depauperada toma para sí su cuota del botín. Los carrancistas, los carranclanes (de ahí el vocablo “carrancear”: robar); aunque no es el único grupo revolucionario con esas prácticas.

El saqueo incluye adueñarse de status y costumbres de las clases otrora privilegiadas.

Al concluir el movimiento armado viene el proceso revolucionario de la “democratización del hueso” y, con él, uno de chundo-naquización sociocultural que instala al ritual de los quinceaños como costumbre generalizada; acaso, una especie de carranceo antropológico que domina gran parte del siglo XX.

A partir de los 80’s –cuando la cultura sajona va, progresivamente, desplazando lo europeo como modelo de imitación, antaño tenido por elegante y de buen gusto- las fiestas y bailes de las quinceañeras sufren transformaciones “modernizadoras”. No es casual: el mundo se ve dominado por los nuevos cánones del neoliberalismo de uniformidad global.

Strauss no está en el nuevo imaginario social; choca con los nuevos estándares del gusto musical de una juventud cuyos marcos de identificación están fuertemente influidos por lo “cool”, no por el acartonamiento. Strauss resulta naco. Las quinceañeras tuercen la boca ante la naca insistencia de sus padres de que baile “Danubio Azul”. (“¡Chale, papi, eres megachundísimo!, ¡qué onda, ossea, neto, huei! Yo quiero la del Titanic, ossea”). Y es entonces cuando aparece el SNN (Síndrome de la Nacuidad Negada, por sus siglas en español) que se hace presente en situaciones chuscas: los “maestros del vals” se ven obligados -o lo hacen por iniciativa propia, por desconocimiento- a montar rutinas de baile en compás de ¾ ó 6/8 (como están construidos los valses) sobre música, generalmente, compuesta en compás de 4/4; lo que a la vista resulta impresión de “chueco”. Otros maestros, con un poco de conocimientos musicales o de baile, montan rutinas a las que llaman “ballet” porque la quinceañera se echa de espalda en brazos chambelanes mientras levanta la patita; y los aplausos de la concurrencia, así como las lágrimas de mamá, llevan al paroxismo.

Mención aparte merecen los discursos –entre lágrimas y moqueo- del padre (o del padrino) de la festejada:

“Ayer fuiste un capullito delicado y bello
lleno de dulzura e inocencia.
Hoy despiertas a ser una hermosa flor
De elegantes y sublimes pétalos.
Hoy te despides de tus muñecas
Y de tus juegos infantiles,
Haz dejado de ser niña
Para convertirte en...
¡MUJER!”

¿Mujer, a los quince años?

Como señalamos en apartados anteriores, la cursilería es una característica sine qua non del ser naco. Cuando este se hace consciente, lleva al proceso mental del SNN (Síndrome... etc.); y este, a su vez, se trata de compensar con un proceso chuntárico, que –una vez asimilado y al paso del tiempo- deviene, nuevamente, en chundonaquismo.

¿Una fatalidad? Es fácil deducir que estamos en presencia de un círculo –nadie sabe si virtual o vicioso- de carácter infinito. Una espiral eterna.
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VACACIONES.

Con este número terminamos una época más.

A raíz del proceso electoral, este medio (¿o es apenas un cuarto?) y su editor (yo merengues) se vieron obligados a convertirse, casi exclusivamente, en catapulta para arrojar pedradas de regreso a los partidarios del candidato panista que hoy se ostenta como presidente, chanchulleramente, electo. Respondía a la lógica de contrarrestar, a mi reducido nivel de difusión, toda la sarta de mentiras, bobadas y necedades que se difundieron por internet en contra del candidato López Obrador, hoy líder de un amplio frente popular.

“Analistas políticos” de ocasión (y otros que se creen cultísimos) que pensaban en las elecciones como si se tratara de un partido de fútbol y se alinearon a la “barra brava” de Calderón sin más cultura política que el mirar en López Obrador a un naco (¡Ay, fuchi, caca!). Como antaño en los clásicos entre el América y el Atlante (como antañísimo, pues el América, hoy, también es apoyado por nacos, aunque sea de Televisa).

Tan legos en política que no son capaces de ver que, irónicamente, “la naquiza” ha logrado, a través de la historia mundial, derrotar a los grandes e injustos imperios. Todo es cuestión de tiempo.

Unos nacos (“bárbaros” les llamaban) derrumbaron el Imperio Romano. Juárez (no sólo naco, sino indígena) acabó con el de Maximiliano. La naquiza francesa guillotinó a Luis XVI. Habrá que recordar que, como menciono en mi escrito acerca de lo naco, “…a los ojos de los romanos, Jesucristo era un naco”.

En fin, la nueva época iniciará en enero. Trataré de volver al espíritu original del “Periodiquito” para no hacer de él un panfleto únicamente centrado en la política. “Y sin embargo siento que se mueve”, no claudico.

Mientras, quienes quieran seguirme, pueden consultar mis blogs:

y sus enlaces (hipervínculos o “links”). Tankes. Pronto continuaremos.
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DE LA GALERÍA DE ARTE "ÁRBOL PERENNE"

Suplemento Quesque de Mi -Arte.