Wednesday, July 21, 2010

Periodiquito # 68 (Diciembre 2008)

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Editorial.
No sé si haya sido motivado por la época navideña o por el día de los Santos Inocentes, pero comenzó a circular por internet una presentación en la que se pone a Obama como si fuera un ´mensajero de Dios sobre la Tierra. Grandes esperanzas de que “…salve al mundo”. Que Dios los guarde inocentes.



Hubo un secretario de Estado, John Foster Dulles, cuando el presidente era Eisenhower, que definió perfectamente la relación de Estados Unidos con los pueblos del orbe: “Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses”. Hoy en tiempos en que la globalización se cae a pedazos y las grandes potencias nacionalizan sus sistemas bancarios, aunque otrora cantaban loas a la libre empresa y condenaban la intervención del Estado en las economías (¡Huy, eso es comunismo!), la aseveración de don Juanito Foster, Mr. Dulles, resulta más válida que entonces.

Don Obama tiene ya suficientes problemas en su casa como para que se preocupe por otras naciones (una reforma migratoria le interesa al gobierno mexicano, porque no pudo crear los empleos que en vano prometió, no al norteamericano). Las directrices de la política global norteamericana están orientadas por los grandes consorcios bélicos, financieros y petroleros, no por la voluntad de las personas, aunque se llamen Obama. Y el disimulo del presidente electo frente a la impune agresión israelí a Palestina lo confirma.


POLÍTICA Y SOCIEDAD.
¿UNA SOCIEDAD PUERIL? (Parte complementaria)

Por Gabriel Castillo-Herrera.

Aunque indiqué que el número anterior daba fin al artículo, quedé con la sensación de que faltó una consideración determinante. Retomo el último párrafo:

“Así podríamos haber forjado nuestra nación hace muchos siglos. Si las contradicciones económicas, sociales y políticas de origen no se resuelven seguiremos anclados en el pasado. Esto es: seguiremos siendo una sociedad que se piensa a sí como al momento de su nacimiento, que no crece; una sociedad pueril”.

Una sociedad que se piensa a sí misma sin movimiento, a pesar de que inexorablemente el tiempo transcurre y modifica el entorno, no es sólo conservadora: es retrógrada. Y si instaura mecanismos para preservar esa situación (un Estado monolítico, autoritario, que crea pactos entre intereses poderosos antagónicos y formas de control y dominio con las clases desfavorecidas), es una sociedad que pretende –conscientemente- continuar en la infancia del desarrollo. Pero cualquiera que pretenda seguir comportándose como niño a los doscientos años no engaña a nadie. No es sino un anciano decrépito y cínico que se corrompe y “democratiza” la corrupción para que todo mundo esté inmiscuido y reciba, contento, su parte sin riesgo de fracturar el sistema. A eso llama “democracia”.

Y así ha ocurrido desde hace 199 años, salvo breves periodos. Por ello es que hay que recrear (en el sentido de volver a crear) el país. Porque las clases poderosas y sus empleados (los políticos carranclanes, iturbidistas, santannistas, alemanistas, foxistas, calderonistas o como se les quiera llamar según la época) no hacen sino repetir el patrón: está comprobado que “funciona” para adueñarse de riquezas mal habidas.

Entonces: hay que acabar con los cínicos, que no niños. Hay que acabar con este régimen. Quizá haya que hacerlo a patadas, porque ni el IFE ni el TEPJF pudieron o quisieron cambiar las viejas formas.

REFLEXIONES SOBRE LA INMORTALIDAD DEL CANGREJO.
“¡SANTA DIGNA RABIA, BATMAN!”

Por: Gabriel Castillo-Herrera

Los resabios, ya rancios, de un levystraussismo calzado a fuerza y un trasnochado “marxismo” althusseriano lo erigieron en reencarnación del Che Guevara. La carga de una culpa de toda una generación francesa (porque un intelectual y periodista de esa nación -Regis Debray- fue obligado a delatar al legendario guerrillero) se quiso expiar entronizando a un guerrillero light de la post modernidad que se refugia -mientras teclea su compu a la vez que come pizzas- en las montañas chiapanecas.

Todo marchaba más o menos bien mientras la hacía de subalterno de los comandantes zapatistas, hasta que cierto día fue asaltado por la soberbia y se sintió tocado por la sacra vara de la Divina Envuelta en Huevo, quien le dijo que estaba destinado a salvar -de una vez y para siempre- a México. Él y sólo él (¿debo escribir “él” con mayúscula?). Así que dictó la Encíclica “Sexta Declaración…”, et le reste). Se colocó su mascarita sagrada y, como eran tiempos electorales, promovió su Otra Campaña. ¿O era “otra campiña”?. No, era otra campaña, sí otra, otra de tantas más para oponerla a López Obrador y darle el espaldarazo a Calderón (y a la Gordillo).

¡Vaya guerrillero ”antisistémico”! Si es que algún sentido tiene la palabreja, es estar contra el sistema; pero su postura no fue otra que sumarse a los golpes bajos que el Estado -¡el sistema del que dice ser opositor!- propinó a AMLO. Nadie lo obligaría a estar de acuerdo o a simpatizar con López Obrador; pero “calladito se hubiera visto más bonito”. En la coyuntura “chachalaquear” contra AMLO era -como sigue siendo- hacerla de compinche del corrupto sistema político que encarnan los mochos sinarquistas y remata patrias del PAN. Igualito que el PRI, ¿eso es ser “antisistémico”? Chispa el Sebastiancito que no sabe distinguir entre derecha e izquierda. ¿O es él … de arriba?, ¿del Cielo? Pu’e que…

Cuando leí eso de “La Digna Rabia” pensé que era alguna referencia a Batman y Robin. Pero no, era una más de esas frases “ingeniosas” que Marcos estila. Se empeña en hacer chunga de todo. Prototipo de intelectualoide post ochentero: se orinan en lo teórico… porque les da güeva pensar, o… no se les da. Una cosa es la ironía y otra hacer de lo serio una banalidad para parecer poco solemne y desprejuiciado.

El asunto es que en el dichoso Festival Mundial (no, si modesto sí que lo es) de la Digna Rabia, el Fantomas de las Montañas no desaprovechó la ocasión para demostrar su tendencia “antisistémica” y lanzar diatribas contra AMLO y sus seguidores, a quienes tildó de esquizofrénicos. Que López Obrador “amenaza con salvar a México” (entiéndase: el único que tiene el contrato de subrogación para esa tarea es Marcos). Y, ¿a Calderón? Apenas si lo tocó con el pétalo de una rosa. ¡Vaya “antisistémico”! Anarcopunk, y a mucha honra, ¿no?

“Denunció” que a él se le ha tachado de intolerante, sectario; pero que “…ningún movimiento en México ha exhibido tal grado de intolerancia, sectarismo e histeria como el que hoy, encabezado por López Obrador, amenaza…”. ¡Ajá!: Nooo, pos si a toooodos nos consta que el tal López Obrador se la pasa critique y critique y mentándole la madre a Marcos en sus mítines. ¿Acaso no lo han escuchado? Si rete bien claritito yo mesmísimo lo he joyido con estas mis orejotas mías al tal Andrés Manuel ese, hijoesu….

Luego arremetió contra el Gobierno del D.F. y “…algunos de los envejecidos en ideas participantes en el movimiento estudiantil de 1968” (obviamente se refería a Pablo Gómez), por pretender oficializar el 2 de octubre. Esto, según él, no significa otra cosa que “…se detienen los movimientos, se dan por finalizados en todos los sentidos” (entonces, ¿lo del zapatismo es pura “piña”?). Y luego: “… la camarilla de criminales en turno […] acudía a monumentos sólo para asegurarse de que Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Francisco Villa y Emiliano Zapata seguían muertos”. Como si oficializarlos significara terminar con las condiciones sociales contra las que lucharon. Pero nótese que Germán Mar…, digo… Marcos, como cualquier panista, ni menciona a los dos únicos mexicanos universales: Juárez y Cárdenas. No sólo pretende que sigan muertos sino creer que nunca existieron.
Y para que se corroborara que Mascarita Sagrada sí es rete bien tolerantote y que respeta el pensamiento de los compas con los que no está de acuerdo pero que son de ”… izquierda consecuente” (“Izquierda consecuente”…, ¿qué fregada corriente es esa?, ¿espartaquista?, ¿foquista?, ¿acaso como los “chuchos”, by example?), dejó que la canalla lanzara rechiflas a Adolfo Gilly (¡mira nomás: los patos tirándole a las escopetas!) para después “levantarse el cuello” con un desplante que demostrara que no es -¡JA!- sectario y sí la mar de tolerante.

Se lo creeremos cuando diga lo mismo respecto de López Obrador. O, que ni lo pele, pues. Entonces le creeremos que es como dice ser.

Porque mientras la izquierda no tenga el poder, la lucha debe ser contra la derecha y los acomodaticios y carroñeros. Contra feudales y caciques del campo y de la ciudad. Contra el sinarquismo que finge haber muerto. Contra las instituciones judiciales corrompidas. Contra esa tan cacareada democracia de pacotilla. Contra esos que añoran a Iturbide y Maximiliano. Contra esos don porfirio que están dispuestos a entregar los recursos que reproducen la existencia del país con tal de que el rubio extranjero los tome en cuenta como cortesanos. Si Marcos no celebra esa lucha (en la que López Obrador es parte muy importante) y en cambio celebra “…los 25 años de Botellita de Jerez” (lo digo sin menoscabo de mi amistad con Paco Barrios), es poco serio; y no me refiero a un remedo acartonado de seriedad (rostro adusto, etc.), sino a lo banal. Y para banalidad ya tenemos suficiente con la que se esparce en lo cotidiano por muchos de los aspectos de la vida nacional.

Bueno, ya fue mucho tecleo. Sólo tengo una duda: ¿Cuándo saldrá Marcos en un anuncio televisivo diciendo: “Los mexicanos antisistémicos logramos una reforma energética ¡SIN PRIVATIZAR!, para que el tal López Obrador no ande de esquizofrénico”.

Chau.


GALERÍA VIRTUAL DE ÁRBOL PERENNE






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